Un nuevo ritmo monótono, ausente de contenido, carente de letras, interpretado con voz rustica y normalmente desafinada, ha llegado en sustitución de nuestro merengue.
En principio pensamos que el denominado merengue de calle, seria algo pasajero, un ritmo de moda, de esos que desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, pero esta vez fue mas lejos, hasta el punto de hacer desaparecer casi por completo de las estaciones de radio al merengue de calidad al que estábamos acostumbrados.
Una de las causas de esta crisis en el merengue tradicional, es atribuible al desinterés que muestran las casas disqueras por invertir en hacer nuevas figuras o en grabarles a las ya establecidas; esto debido al incremento de la piratería y el alto costo en las grabaciones, pero sobre todo, al excesivo costo de la payola y la poca difusión que se le ofrece a este genero en los últimos tiempos.
La perdida de valores es otro factor que se suma a las causas anteriores, es como si a los programadores de las emisoras nacionales se les estrenara para elegir difundir lo peor, llenando la programación completa de música desechable, faltando a sus principios éticos e irrespetando a un publico que espera impaciente lograr un retorno a los tiempos de doña Zaida Ginebra Vda. Lobatón.
Y que decir de algunos comunicadores, que con falsa postura de desconocimiento de causa, juzgan severamente a los artistas que se han visto obligados a dejar a un lado el merengue para intentar sobrevivir a este mal; refugiándose en otro géneros, como es el caso de Héctor Acosta, quien ha optado por concentrar sus inversiones en grabar a ritmo de bachata, al igual que Alex Bueno, y actualmente Fernando Villalona quien a anunciado su nueva producción en tiempo de boleros.
Estos comunicadores fariseos, falsos profetas, que sobre abundan en el medio y que tanto dicen defender el merengue, nada han hecho por lograr rescatarlo del estado de abandono en el que se encuentra, solo se concentran en hacer criticas y señalamientos absurdos, mientras abren sus puertas a los que con aspecto y conducta de malhechores han logrado imponer su música promiscua, sin ningún pudor.
Si buscáramos señalar a artistas que se han beneficiado mucho económicamente en el merengue, tendríamos que hacer énfasis en los siguientes: Johnny Ventura, Milly Quezada, Sergio Vargas y Peña Suaso, artistas que aun permanecen y de quienes se dice gozan de tener ciertos privilegios en el actual gobierno, sin embargo, tampoco han mostrado interés en aportar soluciones para mejorar esta triste realidad.