Dos grandes músicos del planeta en un concierto

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José Antonio Molina

El compositor, arreglista,
productor, pianista y director dominicano José Antonio Molina, y el encantador
violinista chino, natural de Mongolia, Angelo Xiang Yu, desplegaron sus
talentos junto a la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico.


En la noche del sábado -en la Sala Sinfónica Pablo
Casals- el público puertorriqueño, que ama y sigue la buena música, tuvo la
oportunidad de ver y escuchar a dos de ellos: el reconocido compositor,
arreglista, productor, pianista y director orquestal dominicano José Antonio
Molina, y el encantador violinista chino, natural de Mongolia, Ángelo Xiang Yu.

Esta memorable jornada comenzó con la Obertura
Coriolano, Op. 62 de Beethoven. Los gestos dramáticos y apasionados del maestro
Molina fueron correspondidos por un inspirado colectivo de músicos con
precisión rítmica y una grandilocuente intención heroica en el fraseo del
primer tema.

Esta propuesta escénico-musical nos hacía recordar
que esta partitura fue concebida en los meses en que el genio de Viena gestaba
su quinta sinfonía. Nuestros músicos correspondieron también con adecuado
lirismo a la elegancia transparente de la gestualidad teatral del director para
el segundo tema, que describe la súplica de madre y esposa al tribuno y general
romano para que termine el asedio a su propia patria y decida hacer posible la
paz.

La
perfecta sincronía de los “pizzicati” de la coda anunciaban que algo grande
sucedería esa noche.

Para la segunda entrega, desde el tutti del primer
movimiento se hizo evidente el espíritu colaborativo del maestro Molina, una
orquesta más pequeña y el solista Angelo Xiang Yu, en la  lectura del Concierto para violín núm. 4 en re
mayor, K. 218 de Mozart.

Sus tres movimientos fueron tocados con la gracia y
la delicadeza que demanda el estilo neoclásico de la primera parte del siglo
XIX. Nunca habíamos escuchado a esta orquesta asumir con fervor su rol de
acompañamiento en el segundo y tercer plano sonoro, actitud musical
imprescindible para que brille la verdad intrínseca de esta obra maestra del
repertorio.

Ángelo Xiang Yu
Mención especial merecen las cadenzas y el encore
–la melodía de la Meditación de Thais de Massenet- del violinista invitado
Xiang Yu, quien también aportó al disfrute pleno del concierto como espectáculo
cuando interactuaba con la orquesta mediante un grácil lenguaje corporal y la
complicidad de sus miradas al concertino Omar Velázquez y al director Molina.
Una auténtica delicia.

Para hecerle justicia a la versión de José Antonio
Molina de la Sinfonía núm. 6, Op. 74, la “Patética” de Tchaikovsky -estrenada
por el compositor desde el podio nueve días antes de morir del cólera-, necesitaría
escribir un ensayo. Más pena aún me causa consignar que el concierto número 13,
el penúltimo de la serie de abonos del conjunto sinfónico boricua, no fue
documentado en vídeo.

Me conformo con adelantarles a los que se lo
perdieron que a través de los cuatro movimientos de esta espectacular
arquitectura de sonidos, el maestro Molina condujo la orquesta a excelsos
niveles de expresividad, afinación, sonoridad, color y precisión en las
dinámicas y en el pulso del selecto grupo de las grandes orquestas filarmónicas
internacionales.

Sobre los dos artistas

Antonio Molina es el director de la Orquesta
Sinfónica Nacional de República Dominicana. Dirigió a Gloria Estefan en el
Vaticano, con motivo del 50 aniversario de la ordenación como sacerdote del
Papa Juan Pablo II y fue el director y principal arreglista del concierto
“Pavarotti and Friends”, entre muchos otros logros.

Angelo Xiang Yu, fue el ganador de la prestigiosa
Yehudi Menuhin International Violín Competition en 2010. Es visto como uno de
los más talentosos y creativos jóvenes violinistas del mundo por su asombrosa y
excepcional técnica y talento musical.

Por: Luis
Enrique Juliá

Tomado de:
El Nuevo Día de Puerto Rico.

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